Mensaje diario
En realidad, el tiempo no es una experiencia fija que sigue el tictac del reloj. Es una experiencia fluida y cambiante. Nuestros cuerpos miden el tiempo de varias maneras, dependiendo de la función biológica de diversas células y según diferentes ritmos biológicos. Nuestra edad cronológica puede variar enormemente de nuestra edad biológica o psicológica. Podemos cambiar nuestra experiencia del tiempo a través de nuestras creencias, actitudes y comportamientos.
En la meditación de hoy, nos enteramos de que cuanto más permanezcamos en la conciencia del momento presente, nuestras mentes y nuestros cuerpos, nuestras creencias y comportamientos, están en sintonía con los ciclos de la naturaleza. La vida fluye con los ritmos atemporales del universo.
Día 2 LA BIOLOGÍA DEL TIEMPO
Observa los niños que juegan despreocupados, podríamos decir con melancolía, que la están pasando tan bien, quisiera que pudiera durar para siempre. Pero los niños absortos en el juego, ya no están en el tiempo, su experiencia no tiene nada que ver con los relojes, lazos y nada por el estilo. Esta es una pista importante sobre cómo abordar la realidad del momento, que es una experiencia fluida y maleable.
Asumimos que el tiempo es como una flecha que se mueve en línea recta desde el pasado al presente y hasta el futuro, y que se mide por el tic-tac de un reloj, sin embargo, en realidad son nuestras células las que miden el tiempo, es una función biológica en el cuerpo.
El cuerpo tiene decenas de relojes que controlan largos períodos de tiempo, cómo cuándo aparecen los dientes en los bebés, o, la pubertad, o la menopausia. Hay relojes a mediano plazo para cosas como el sueño y la digestión, así como relojes a corto plazo, como el ritmo de la respiración y los latidos del corazón.
Nuestra edad biológica no está necesariamente ligada a nuestra edad cronológica; el cuerpo de una persona de 30 años estresada e infeliz puede funcionar como el cuerpo de una persona de 50 años. La manera en la cual interpretamos nuestras experiencias, afecta nuestra biología,
Los cambios químicos en el cerebro determinan si el tiempo se acelera o se alenta, los momentos congelados en el tiempo, son percepciones humanas, incluso la experiencia de que el tiempo se desvanece cuando nos vamos a dormir, es una experiencia basada en la biología, por lo tanto ver el tiempo desde el interior, no es sólo algo psicológico, es la perspectiva correcta para cambiar cualquier cosa que desees.
Einstein hizo una profunda reflexión sobre esto cuando dijo: La distinción entre pasado, presente y futuro, es sólo una ilusión por persistente que esta sea.
Ve más allá de la ilusión y te das cuenta de dos cosas asombrosas, en primer lugar, eres el maestro del tiempo, porque tus creencias actitudes y elecciones de estilo de vida, modifican todos los efectos del tiempo. En segundo lugar, si el pasado el presente y el futuro, son ilusiones, eres eterno, esto puede parecer que sobrepasa nuestra experiencia, pero nuestra práctica de meditación descubrimos que la conciencia del presente ya es atemporal.
La conciencia del siempre presente es lo que somos y dónde estamos siempre, es ese estado de paz y tranquilidad, que nos permite navegar por el mundo de los relojes y los plazos, sin sentirnos abrumados.
El dominio del tiempo es un proyecto de la mente y el cuerpo, porque ambos se relacionan con la manera en que experimentas y procesas el tiempo; presta atención a tus biorritmos naturales, en especial al sueño, el sueño restablece el biorritmo que se ha distorsionado durante el día, el tiempo se convierte en tu amigo cuando estás en sintonía con el flujo de la vida, tal como el cuerpo está destinado a experimentarlo.
Mientras nos preparamos para nuestra meditación de hoy, consideremos por un momento nuestro pensamiento central:
ESTOY ALINEADO CON EL FLUJO DE LA VIDA
ESTOY ALINEADO CON EL FLUJO DE LA VIDA
Ahora vamos a prepararnos para nuestra meditación, ponte cómodo o cómoda, y cierra los ojos, comienza a ser consciente de tu respiración y sólo respira lenta y profundamente, con cada respiración, permítete relajarte cada vez más.
Ahora, poco a poco, incorpora el mantra... SHARA VANA YA... SHARA VANA YA... Este mantra hace que nuestra mente y cuerpo estén en sintonía con los ciclos de la naturaleza, mientras repites el mantra siente cómo tu cuerpo y mente absorben la influencia benéfica del Universo.
Repite en silencio ... SHARA VANA YA... SHARA VANA YA... SHARA VANA YA... con cada repetición siente cómo tu cuerpo, mente y espíritu se abren a un estado de conciencia expandido.
Cada vez que te sientas distraído, distraída, por tus pensamientos o por los ruidos del entorno, simplemente regresa tu atención a repetir el mantra en silencio ... SHARA VANA YA... SHARA VANA YA... SHARA VANA YA...
Por favor, continúa con la meditación, yo estaré atento al tiempo transcurrido y al final me escucharas hacer sonar una suave campana ... SHARA VANA YA... SHARA VANA YA... SHARA VANA YA...
Es momento de liberar el mantra, sigue sentado y relajado, inhala y exhala lentamente, cuando estés lista, listo abre los ojos despacio.
Al transcurrir tu día ten en cuenta este pensamiento central:
ESTOY ALINEADO CON EL FLUJO DE LA VIDA
ESTOY ALINEADO CON EL FLUJO DE LA VIDA
Namasté 🙏
CONTESTA A LAS PREGUNTAS DEL CUADERNO DE REFLEXIÓN
1: Nos “salimos del tiempo” cuando estamos totalmente absortos en algo que nos encanta. Escribe tres cosas que concuerden con esa descripción como, por ejemplo, meditar, caminar en la naturaleza o jugar con niños.
2: Ahora, piensa en cómo puedes hacer más tiempo para hacer las cosas que enumeraste en la pregunta 1. Elige un punto y escribe en tu diario cómo planeas hacer más tiempo para esa actividad a partir de hoy.
3: Las creencias negativas sobre el tiempo afectan todo el sistema mente-cuerpo. Escribe una o dos creencias positivas que puedas usar como afirmaciones diarias para contrarrestar este efecto, tales como: “el tiempo nunca se agota”, “lo atemporal está aquí y ahora” o “el momento presente está lleno de nuevas posibilidades”. Repite estas afirmaciones para ti mismo y, a continuación, siéntate en silencio por unos momentos para ver cómo se siente tu cuerpo después. Escribe en tu diario sobre esa experiencia.
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