Mensaje del día
Día 12: Eres el sanador y el sanado
En la meditación de hoy, aprendemos que la recuperación es un proceso de sanación. Al entrar en el proceso, actuamos como sanadores y como sanados de forma simultánea. Tu mente y cuerpo quieren restaurarse a un estado de equilibrio dinámico. Así que, si comienzas cualquier tipo de sanación, la inteligencia inherente del sistema mente-cuerpo responde de inmediato. Por lo tanto, te sanas y, al mismo tiempo, te conviertes en un sanador más fuerte. Saber que eres tú quien te sana da una sensación de poder y valentía. Cuando aceptas la sanación por completo, se vuelve un proceso de gozo.
Naturalmente, pensamos en nosotros mismos como una sola personalidad, pero todos caemos en el hábito de actuar como si estuviéramos hechos de muchas partes. Imagina que tienes una debilidad por ir al refrigerador y tomar un poco de helado a medianoche. Cuando te resistes a este hábito, dices: “Estoy siendo bueno”. Cuando te dejas llevar por ese hábito, dices: “Estoy siendo malo, pero no voy a hacerlo de nuevo”. Detente y pregúntate: “¿Quién le está hablando a quién?” Piensas que tu existencia está fragmentada. Una parte de ti se siente separada de la otra, y crees que tu individualidad es fundamentalmente independiente de todas las demás. Si te haces a la idea de esta fragmentación, con el tiempo suficiente, la ilusión se hace realidad.
Esta es la razón por la cual las tradiciones de sabiduría del mundo creen que la sanación resulta de la separación. La sanación es la integración de todas las partes aparentemente separadas en un todo perfectamente unido. Realmente eres el sanador y el sanado.
Sin embargo, el daño causado por vivir en la separación proviene de estar convencido de que solo puedes sanarte fuera de ti mismo. En nuestra sociedad esto generalmente significa correr al médico, terapeuta o entrenador personal, cuya función es suministrar una cura para lo que nos aflige. Cada uno de ellos hace mucho bien, por supuesto, pero es vital que te vuelvas a colocar a ti mismo en el rol integrado de sanador y sanado.
Nuestro ser separado nunca es igual. Una parte, que se siente en control, es más fuerte que la parte que se siente débil y víctima. En realidad, nuestro yo integrado está mucho más en el control de la sanación de lo que pensamos. Nuestro sistema inmunitario está poderosamente equipado con millones de años de conocimiento evolutivo incorporado en las células del sistema inmune, lo que nos permite luchar contra miles de microorganismos y células potencialmente cancerosas todos los días. Saber que ya eres un sanador profundo te da una sensación de poder y elimina la sensación de que te han victimizado.
Cuando elegimos culpar a alguien más por hacernos algo, la balanza se ha inclinado hacia el otro lado. Hemos abandonado el rol de sanadores, que es la parte de nosotros que tiene el autocontrol, la autoestima y la capacidad de encontrar soluciones a los problemas inesperados y los desafíos de la vida.
La capacidad de volver a tener el control es un rasgo que poseen las personas que tienen una esperanza de vida larga y saludable, de más de 85 o 90 años. Les ocurrieron las mismas cosas malas que a cualquier otra persona, pero eran emocionalmente resistentes. Aprendieron a recuperarse de nuevo en el rol de estar en control y ser autosuficientes.
En nuestra meditación nos convertimos en nuestro verdadero Ser, que no está fragmentado, ya que no juega ningún rol. Simplemente es, centrado en su propio ser. Mientras sales de la separación, ves que los roles que adoptas no te definen porque ya no estás dividido en tu interior.
Como estás completo, has perdido el hábito de juzgarte, atacarte y culparte: todo el peso emocional inútil. Todo esto es el equipaje que viene con la separación. Cuando no estás dividido, el equipaje se desvanece, dejándote libre e iluminado.
Mientras nos preparamos para meditar juntos, consideremos por un momento nuestro pensamiento central:
YO ACEPTO MI ROL SIMULTÁNEO DE SANADOR Y SANADO
YO ACEPTO MI ROL SIMULTÁNEO DE SANADOR Y SANADO
Ahora, vamos a prepararnos para nuestra meditación. Ponte cómodo o cómoda y cierra los ojos. Comienza a ser consciente de tu respiración y solo respira lenta y profundamente. Con cada respiración, permítete relajarte cada vez más.
Ahora, poco a poco, incorpora el mantra HAR HARAY HAREE, HAR HARAY HAREE. Este mantra nos sana mediante la activación de nuestra luz de vitalidad interior. La secuencia de sonidos genera ondas que fluyen de la conciencia que equilibra y restaura todos los aspectos de nuestra salud.
Repite en silencio: HAR HARAY HAREE, HAR HARAY HAREE, HAR HARAY HAREE. Con cada repetición, siente tu cuerpo, mente y espíritu abiertos, y recibe un poco más. Cada vez que te sientas distraído, distraída, por tus pensamientos o por los ruidos del entorno, simplemente regresa tu atención y empieza a repetir mentalmente el mantra: HAR HARAY HAREE, HAR HARAY HAREE, HAR HARAY HAREE
Por favor continúa con la meditación. Yo estaré atento al tiempo transcurrido y al final me escucharás hacer sonar una suave campana. HAR HARAY HAREE, HAR HARAY HAREE, HAR HARAY HAREE...
Es momento de liberar el mantra. Sigue sentado y relajado, inhala y exhala lentamente. Cuando estés lista, listo, abre los ojos despacio.
Al transcurrir tu día, ten en cuenta este pensamiento central:
YO ACEPTO MI ROL SIMULTÁNEO DE SANADOR Y SANADO
YO ACEPTO MI ROL SIMULTÁNEO DE SANADOR Y SANADO
Namasté 💗
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
PREGUNTA 1: Observa alrededor de la habitación o por la ventana, escribe cinco cosas nuevas que no habías notado antes. Por ejemplo, tal vez observes cómo el sol esparce sus reflejos en las hojas de los árboles, las sombras de las imágenes en la pared o los olores débiles en la habitación.
PREGUNTA 2: Pensando en tu historia de vida, escribe unas líneas sobre cómo dos temas -el amor y la luz- se han entrelazado en ella.
PREGUNTA 3: ¿Qué tema nuevo quieres desarrollar en tu historia de vida? ¿Será la intimidad, la creatividad, la alegría, la seguridad o el éxito? Lleva tu atención a ese tema, describe cómo podría manifestarse en las próximas semanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario